La autora del texto fue Belen Mijangos y las fotos (de Dena Flows) aparecen aquí tal y como se publicaron en papel, esto es, en blanco y negro.
Sólo pudimos ver unos últimos minutos del ex–Dogs D’amour, que se presentaba en forma de hombre-guitarra. Lo poco que escuchamos nos situó a Tyla como narrador de historias con el talante punk del aguardiente y el rock&blues como expresión. Parece que actualmente está afincado en Barcelona y el motivo de su pase se debe a la amistad que le une con los Backyard, además de la colaboración en el último trabajo de éstos (ha co-escrito “Painkillers”).
Danko Jones, procedentes de Canadá, supusieron una sorpresa punk’n’bluesera. El trío vino a defender su primer trabajo largo “I’m Alive And On Fire” (Bad Taste Rds), título que describe a la perfección tanto su concepto musical como a su singular «chocolatito» vocalista y agitador nato. Entre saludos en euskera, “Me llamo Dan Kojones”, alusiones explícitas al sexo, las chicas, ritmos hot y anclajes en sonidos negros (funk, R&B, rap) con bases en el punk más visceral, este sexmachine y su banda se ganaron al respetable de inmediato, obligándoles a un bis que, bajo previo permiso, fue autorizado. Media hora exacta.
Otro cantar muy distinto fueron Backyard Babies. Con estos chicos no sabemos a qué atenernos. Por un lado, siguen con la desfachatez y arrogancia que les caracteriza y no tienen el mínimo reparo en cambiar de estilo, textos u objetivos cuando les viene en gana, lo cual en principio es de aplaudir. Pero por otro ¿quién aguanta sin echar un gruñido el que uno de los pocos grupos de auténticos deadboys se convierta en heavymetal-kids y encima lo pregonen con todo el orgullo del mundo?.
Pues eso… que las canciones son buenas.. pero tan pegajosas y dirigidas a quinceañeros que nos apetece darles una buena ‘toñeja’.
Sí, ahora son Guns’n’Roses-VanHalen-MötleyCrüe y saben lo que hacen. No nos extraña pues, que hayan llegado a número uno en Suecia. De seguir por ese camino, seguro lo serán también en USA. Pero ¿dónde han quedado ese glamour de malditismo, esas joyas pistol-ramonianas: “Get Dead”, “Look At you”, “Let´s Go To Hell”, esas guitarras insultantes, esa actitud bastarda y esas letras despiadadas como un pus (“A veces me siento una mierda, así que no me hagas perder mi puto tiempo, no necesito una familia, sólo un cheque bien gordo de royalties” / “Desesperado por un lugar donde apagar mi cigarrillo, encontré el amor en ese preciso momento, y eso algo que realmente no tengo, pero ahora, tío, me da igual si vivo o muero”)?. De deadboys sólo queda la imagen Bators de Dregen.
Con un repertorio basado en el nuevo “Making Enemies Is Good” (del que obviaron sus dos mejores piezas, precisamente las más Backyard) y en el previo “Total 13”, edulcorado al efecto, los chicos nos soltaron sesenta minutos exactos de reloj -ni uno más, ni uno menos- incluido el bis con el tema estrella del disco.
¡Mucho morro!.
Una maldita carrerita por el escenario, sin fuel, ventiladores por doquier y mucho azúcar glacé. Para rematarla, nos mandan a casa con…¡ABBA!. … y es que… lo dicho… no sabemos qué pensar.