Hay pocas personas que aúnen en sí mismas talento para componer canciones, pericia técnica con los instrumentos, carisma, simpatía, control sobre el escenario y belleza física. Y entre esas pocas, una es Maika Makovski, quien parece empeñada, cada vez que se sube a un escenario, en dejarnos boquiabiertos, cosa que logra sin excepción y con aparente facilidad.
Por hacer, hace bien y bonito hasta el setlist, cuya imagen os recomiendo ver también en la galería de fotos.
Como tanta perfección es imposible, uno intuye algún tipo de infierno oculto a simple vista, pero por suerte y por desgracia, es algo que no me incumbe por lo que no tengo más que disfrutar de la parte buena: su presencia y buen hacer sobre las tablas.
Hasta ahora lo he hecho viéndola en compañía de sus “makovskis”, en los que JC Luque y Rubén Martínez completan una base rítmica perfectamente acoplada a las composiciones de Maika, y en los que han aportado su guitarra, en distintas épocas, dos enormes de las seis cuerdas como son Joe Traveller y Oskar Benas.
En su última visita –al Kafe Antzokia-, sin embargo, ha venido sin banda, dando al teclado (piano de cola, en este caso) más protagonismo que nunca, con lo que hemos tenido la oportunidad de descubrir que con las teclas es incluso mejor que con la guitarra. Y así, en ese formato minimalista e íntimo, fue desgranando temas conocidos y nuevos (que pronto, esperamos, estarán en un disco), alternando guitarra, comentarios simpáticos, piano, sonrisas, percusiones y carcajadas; incluso, intercalando el macedonio en un momento de exploración de las raíces paternas.
Dicen que no es fácil mantener un show en solitario; que el minimalismo de la puesta en escena y la desnudez de la interpretación pueden convertir los minutos en monotonía. No fue, desde luego, para Maika. Quizá la propuesta es arriesgada, pero no transmite, en ningún momento, la sensación de estar al filo. El reloj avanza, de hecho, a gran velocidad y, para cuando agota el repertorio de la noche, uno se queda con ganas de que empiece de nuevo y, sobre todo, de que toque Mediterranean, una de mis canciones preferidas y que tenía esperanza de escuchar pues el formato le va al pelo, pero no cayó.
Esperemos no necesitar otros dos años largos para repetir.
Izaro Andres
Por otra parte, no puedo dejar de mencionar a la telonera del día: Izaro Andres (aparece sin tilde por todas partes), la joven mallabiarra que tiene encandilado a medio mundo. Su tema Paradise está siendo un hit en youtube y no faltan motivos para ello. Es un excelente tema folk-pop que engancha y pide modo loop desde la primera escucha.
Izaro traslada con soltura la naturalidad de sus composiciones al directo. Tiene una voz preciosa (recomiendo buscar entre los vídeos relacionados de Paradise, el Puttin’ on the Ritz, -vía Ella Fitzgerald– que canta en un concurso de TV) y mucho desparpajo, lo que hace que caiga simpática desde el segundo uno. De hecho, no le costó gran cosa poner al público a hacer coros, asunto generalmente complicado.
Habrá que seguirle la pista, a ver cómo evoluciona.
🙂
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awaiting moderation, mi comentario??? hay que joderse
qué mujer, la Makowsky, con razón se le lee a usted entusiasmado y turbado a un tiempo, Mr. Flows