Nikki Hill, Kafe Antzokia, Bilbao (7/XI/2014)

Nikki Hill, como ya hiciera el año pasado, petó el Kafe Antzokia. Más de uno y dos se quedaron en la calle con dos palmos de narices. Incluso gente principal, de la que debería haber andado más advertida.

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Matt Hill -guitarrista-, Joe Meyer -baterista-, Nikki Hill -cantante- y Ed Strohsahl -bajista-, Kafe Antzokia. 2014

Hay quien dice que Nikki no merece tanto. Que lo suyo es pasajero, que hace demasiadas versiones y que su impresionante belleza es la que está alimentando la máquina, más que su talento para el rock and roll.
Confieso que yo también he dado, en algún momento, opiniones en esa línea, pero me retracto.

¡Claro que merece!.

Lo de su físico es obvio y, a buen seguro, no está haciendo daño a su carrera, pero no es menos obvio que su voz tiene un timbre rasgado precioso, ora cercano a Tina Turner, ora a Wanda Jackson; que compone sus propias canciones con bastante tino y que elige versionear magníficas canciones de grupos que le hacen apartarse del sectarismo rockabilly (AC/DC, principalmente, además de presentarse con camiseta de Motorhead y chapa de los Rolling Stones).

Todo ello, unido a la calidad de su marido Matt Hill a la guitarra, que le da un toque sureño a las composiciones, hace que su música sea de (más) amplio espectro. No mainstream, claro, aún es rock de raíces, pero saliendo del ámbito de los iniciados.

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Matt Hill -guitarrista- y Nikki Hill -cantante-, Kafe Antzokia. 2014

Lo que está jugando en su contra, creo yo,entre los die hard rockers es la comparación que hacen (que hacemos) con otras bandas y solistas que nos gustan más, que tienen una trayectoria mucho más amplia y que las pasan canutas para juntar 60 personas en sus conciertos… y ahora viene “esta mocosa” a comerse buena parte del pastel, ya de por sí exiguo.
Ya veremos cómo evoluciona y si consigue aumentar aún más su base de fans y, al mismo tiempo, convencer a los más recalcitrantes. Yo, por mi parte, no dudaré en plantar mi cámara delante de ella cada vez que venga y de disfrutar con su música.