En Gramophone man toca el bajo una chica (¡bien!), lo hace fantásticamente (¡fenomenal!) y, sonrisa aquí, sonrisa allá, parece que se lo pasa sobre el escenario como si estuviese en su habitación haciendo air bass con su canción favorita (¡hurra!). Y diréis, ¿son esos méritos suficientes como para empezar la crónica hablando de ella? Podrían ...